Hoy se ha sabido que Facebook registra los comentarios que escribimos, los cambios de estado, las fotos que subimos… aunque no lleguemos a pulsar el botón Publicar. La noticia coincide con el nacimiento de una iniciativa que muestra los tuits que eliminan los políticos y que sienta un peligroso precedente. El control de internet sobre nuestros pensamientos y actos alcanza límites insospechados.
Numerosos medios publican hoy la espeluznante noticia de que Facebook registra y analiza los mensajes que escribimos y nunca llegamos a publicar, las fotos que empezamos a subir y finalmente descartamos, los cambios de estado de los que nos arrepentimos, las peticiones de amistad que no se aceptan nunca… La compañía lo llama ‘autocensura’ y dice que el análisis de este material le sirve para conocer mejor a sus Usuarios y poder ofrecerles mejores servicios.
A más de uno se nos han puesto los pelos de punta al comprobar que hay empresas operando en internet que son capaces de saber lo que pensamos y no nos atrevemos a decir. Una prueba más de los peligros que acechan a nuestra intimidad mientras navegamos y de la impunidad con la que actúan estas empresas, la gran mayoría estadounidenses.
La noticia nos lleva a reflexionar sobre los servicios que utilizamos a través de internet, las aplicaciones en la nube, y sus procesos de funcionamiento. En realidad, lo que está haciendo Facebook lo hacen también los gestores de correo, por ejemplo. Cuando vamos a enviar un mail y redactamos el cuerpo del mensaje, éste va guardándose automáticamente, sin pedirnos permiso. Es decir, que la empresa (Google, Yahoo…) registra y puede tener acceso a esas líneas aunque tú finalmente descartes el borrador y nunca llegues a enviar el mail.
Esta semana se ha conocido también la puesta en marcha de una iniciativa de la Fundación Civio, Digo Diego, que muestra los tuits que los políticos eliminan de sus cuentas de Twitter. Digo Diego es una adaptación de una web nacida en Estados Unidos (cómo no) y que han exportado una veintena de países. Recuperar tuits eliminados es posible porque Twitter almacena los mensajes durante un periodo de tiempo y estos están al alcance de cualquier programador. La herramienta monitoriza cuentas de Twitter y avisa cuando en alguna de ellas se elimina un mensaje.
La plataforma ha sido recibida con simpatía pero sienta un precedente muy peligroso. Internet ejerce sobre nosotros una tiranía absoluta, lo que subimos a la red queda ahí por los siglos de los siglos, pero las personas, incluso los políticos, somos humanos y tenemos –o deberíamos tener- derecho a equivocarnos y a rectificar. Los artífices de Digo Diego amenazan con extender la iniciativa a otras personalidades, “presidentes autonómicos, candidatos, personajes públicos relevantes e incluso periodistas”. Habría que preguntarles si les gustaría que se lo hicieran a ellos.